En la actualidad entre el 13-17% de las parejas en edad reproductiva sufre trastornos de la fertilidad e incapacidad para la misma, lo que ha llevado a la OMS a reconocer la infertilidad como una enfermedad social, de la que cada vez se conoce más.
Se conoce que los factores ambientales a los que estamos expuestos desde la concepción en el vientre de nuestra madre pueden determinar nuestra capacidad reproductiva en la vida adulta. Hay que hacerle una especial mención dentro de estos factores al estilo de vida y sobre todo a la dieta, que pueden afectar a la salud reproductiva de la pareja. De ahí la importancia de llevar una adecuada alimentación en la vida adulta aunque tengas la idea o no de quedarte embarazada pronto, ya que estados nutricionales alterados como malnutrición, ya sea por exceso (obesidad) o por defecto (delgadez extrema) aumentan el riesgo y producen infertilidad.
En la actualidad se conoce que también puede provocar infertilidad la patología tiroidea, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, etc. Patologías que mejorarían con un adecuado control nutricional.
Un 30% de los problemas de infertilidad son de origen masculino, de ahí que cuando hablemos de nutrición óptima no sólo nos referimos a la de la mujer, y si a la de la pareja.
Un estado nutricional adecuado y óptimo, junto con una modificación de hábitos y planificación dietética, mejora las expectativas de un tratamiento de reproducción(1).
Durante el embarazo la alimentación y el estado nutricional es importantísimo por:
Durante la lactancia y puerperio la mujer se encuentra con un cuerpo que no es el que siempre ha tenido, con un aumento de peso (en la mayoría de los casos) y un desgaste nutricional, además de un aumento del cansancio dada la nueva situación.
Con una adecuada pauta alimentaria conseguiremos:
Consigue recuperarte de una manera sana y natural sin comprometer tu salud ni la de lo que más quieres, tu hij@.
En la menopausia se produce una disminución hormonal en la mujer, concretamente de estrógenos y progesterona, cuyas consecuencias más inmediatas o visibles son los temidos sofocos, sudoración, palpitaciones, vértigos, cefaleas, complicaciones genitourinarias, alteraciones del sueño y del estado de ánimo etc. Pero además este nuevo estado fisiológico compromete por la falta hormonal a otros sistemas del organismo, predisponiendo a enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, demencia, e incluso enfermedad de Alzheimer y cáncer.
Por lo que una dieta óptima para etapa fisiológica con tanta duración en la vida de la mujer (suele ocupar un tercio de la vida) te va a ayudar en:
No dudes en consultarme te ayudare a mejorar tu percepción de salud y a que está realmente mejore.